viernes, 11 de abril de 2008

El diablo y Dios son reales. Solo necesitan una mente para existir. (Abel Desestress)

EL MUNDO EXISTE DEBIDO A TI El diablo y Dios son reales. Solo necesitan una mente para existir. (Abel Desestress) Tú lo creas, eres su creador. Cada ser crea un mundo alrededor de sí mismo, el cual depende de su mente. La mente puede que sea una ilusión, pero es creativa; crea sueños. Y depende de ti si creas un cielo o un infierno. Aunque dejes este mundo no te será posible abandonarlo. Donde sea que vayas volverás a crear el mismo mundo, porque el mundo brota constantemente de ti, como las hojas brotan del árbol. Vosotros no vivís en el mismo mundo, no podéis porque vuestras mentes no son iguales. Tú puedes estar viviendo en el infierno y el que está justo a tu lado puede estar viviendo en el cielo; ¿acaso crees que vivís en el mismo mundo? ¿Cómo vais a vivir en el mismo mundo si vuestras mentes son diferentes? Así que lo primero que hay que entender es que no se puede abandonar el mundo a no ser que la mente desaparezca. Ambos están relacionados, dependen el uno del otro, forman un círculo vicioso. Si la mente está ahí... Y una mente es siempre una mente particular. Cuando la mente deja de ser una mente particular, cuando se convierte en Mente con mayúscula, ya no es una mente, se convierte en consciencia. La mente es substancial; el mundo es sólo su sombra. Y uno no puede deshacerse de su sombra, pero eso es lo que toda la gente trata de hacer. Si esta mujer no encaja contigo, tú piensas que otra encajará. Tratas de cambiar el mundo, pero tú sigues siendo el mismo. Convertirás a la próxima mujer en una réplica exacta de la anterior. Volverás a crear, porque la mujer o el hombre, será sólo una pantalla. La mente vuelve a ser atraída por el mismo tipo de mujer, y otra vez crea la misma relación; se vuelve a encontrar con el mismo lío y el mismo infierno. Y lo mismo ocurre con todo lo que haces. ¿Crees que serías más feliz si vivieras en un palacio? ¡Te equivocas! si no eres capaz de ser feliz en una cabaña, tampoco serás capaz de ser feliz en un palacio. Si puedes ser feliz viviendo en una cabaña, podrás ser feliz viviendo en un palacio, porque quien crea el mundo a tu alrededor eres tú. De otra forma, al igual que te disgusta la cabaña, te disgustará el palacio.; aún más, porque será más grande. Será un infierno, exactamente igual; con más decoración, pero un infierno decorado no es el cielo. Y aun si te meten a la fuerza en el cielo tratarás de encontrar una salida o allí mismo crearás tu infierno. Una comprensión más profunda revela que, cuando cambie la mente, cambiará el mundo. Entonces, estés donde estés se te revelará un mundo diferente. Profundizas, y entonces entiendes que si quieres vivir realmente sin el mundo a tu alrededor... Porque por muy maravilloso que sea el mundo, tarde o temprano se volverá aburrido y te cansarás de él. Aunque estés en el mismo cielo añorarás el infierno, porque la mente necesita cambiar. No puede vivir en lo eterno, no puede vivir en lo que no cambia, porque la mente siempre añora una nueva curiosidad, alguna sensación nueva, alguna excitación nueva. La mente no puede parar el tiempo y habitar en lo atemporal. Es 'por eso que la mente no puede vivir en el ahora, en el aquí, porque el ahora no forma parte del tiempo; no cambia nunca, es eterno. Es sencillamente tal como es. Allí no ocurre nada. Está vacío. Ya has vivido lo suficiente con la mente. No has conseguido nada a través de ella. ¿No ha llegado ya el momento de estar atento y consciente? Lo que has conseguido ha sido mucho sufrimiento, desdicha, angustia y frustración; si a eso lo llamas conseguir algo, entonces todo va bien. Siempre que te mueves con la mente algo va mal, porque la mente es el mecanismo de lo erróneo. Observa: siempre hay algo que va mal. Cuando la mente se evapora, desaparecen todos los mundos. Cuando la mente se evapora, los objetos desaparecen; entonces dejan de ser objetos. Las divisiones desaparecen. Al principio te sientes como si todo se hubiera vuelto borroso, pero, poco a poco, te vas asentando en este nuevo fenómeno que es el de la no-mente. Las estrellas siguen estando ahí pero ahora forman parte de ti, ya no son objetos. Las flores y los árboles siguen estando ahí pero ahora florecen en ti, ya no florecen afuera. Entonces vives con la totalidad. ¿Qué has estado haciendo hasta ahora? Has estado tratando de conseguir un sueño mejor. Por supuesto que ha sido en vano, conseguir un sueño mejor. No creas que la mente puede darte un mejor sueño: un sueño es un sueño. Aunque sea mejor, no te satisfará. No puede darte una satisfacción profunda. ¡Un sueño es un sueño! Si estás sediento necesitas agua real, no agua de sueños. Si estás hambriento necesitas pan real, pan substancial, no un pan de sueños. Puede que durante cierto tiempo puedas engañarte, pero ¿cuánto tiempo? ¡Basta ya! Una vez que entiendes que tienes que dejar de soñar, el mundo de los objetos desaparece. El mundo estará ahí, pero no será el mundo de los objetos. Entonces todo cobra vida, todo se vuelve subjetivo. A esto es a lo que se refieren las personas religiosas cuando dicen que todo es Dios. En realidad, ¿qué quieren decir con eso? No hay nadie sentado en el cielo, controlando, dirigiendo, haciendo que las cosas funcionen. Dios es sólo una metáfora; una metáfora para decir que las cosas en el mundo no son cosas, sino personas Ahora intenta entender estas palabras Cuando los objetos del pensamiento se desvanecen, el sujeto pensante se desvanece; y cuando la mente se desvanece, los objetos se desvanecen. Las cosas son objetos debido al sujeto, y la mente es tal debido a las cosas. Si sientes el infierno a tu alrededor, eres tú quien lo ha atraído. No te enfades por ello, no empieces a luchar contra ello; no sirve de nada. Lo has atraído tú, tú lo has invitado; Recuerda siempre que todo lo que ocurre a tu alrededor está enraizado en la mente. La mente es siempre la causa. Trabaja sobre la mente, e intenta la no-mente. Medita, hazte uno y deja la mente en paz. Y este es el propósito de la meditación: darte pequeños vislumbres de que no eres la mente. Cuando la mente para, es como si se hubiera parado un drenaje que te estuviera constantemente drenando. De pronto la energía te desborda. ¡Sientes más! Ahora sabes que la mente funciona por sí misma, que es un mecanismo. ¡Puedes dejarla a un lado! Puedes usarla, o puedes no usarla; tú eres el maestro. Ahora el esclavo, el mecanismo, está en su lugar; ya no es el amo. Entonces es posible dejarlo. Meditar, atestiguar, sentarse en silencio y mirar la mente será de gran ayuda. Sin forzar, simplemente sentándose y observando. Recuerda, los pensamientos también son como los pájaros se mueven por sí mismos, a su aire. Ocurre hasta con los lugares. Entras en una casa y de repente te inunda una pesadez. Entras en otra, y de repente te sientes muy liviano, como si te hubieran salido alas, sientes que puedes volar, que no tienes peso. Penetras en un ambiente y ya no eres el mismo, algo ha cambiado. Entras en otro ambiente, y de nuevo algo vuelve a cambiar. El pensamiento es una cosa, puede ser proyectado. El no-pensamiento no es una cosa, no puede proyectarse. Siempre que estés cerca de una persona que tenga muchos pensamientos, te llenará con ellos. Sólo estando cerca derramará su mente en ti; no importa si habla o no, esa no es la cuestión. Desde su cabeza están cayendo constantemente pensamientos, como chispas, por todas partes; y tú los recoges. Y a veces hasta te das cuenta de que este pensamiento no es tuyo, pero cuando llega te llena, y te identificas con él. Esa ira no es tuya; el que estaba enfadado era otro pero tú sentiste algo dentro de ti. Alguien estaba resentido y su odio te tocó. Todo es infeccioso, y la mente es la enfermedad más infecciosa del mundo. Ningún virus puede competir con ella, infecta a todo el mundo a su alrededor.( Comtinuara). Osho

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